Ponencias 2º y 3er Congreso Europeo de Pacientes, Innovación y Tecnologías


EL PACIENTE ASMÁTICO FRENTE A LA SOCIEDAD E INSTITUCIONES 


Alejadas de soluciones y acciones sociales que puedan mejorar su autoestima y calidad de vida, las personas que padecen asma se encuentran acorraladas entre su enfermedad, y la sociedad. 


Por este motivo me encuentro ante Uds. hoy.  


Intento transcribir, de la mejor forma y a la mayor brevedad y claridad posible, el sentir del asmático ante la desinformación que, sociedad e instituciones manifiestan sobre su padecimiento. Insensibilidad que se convierte en un nuevo factor estresante. 


Problemas añadidos a la enfermedad respecto al paciente:

1.  Disociación comunicativa neumólogo/enfermo – instituciones –sociedad.
  


El neumólogo se limita a administrar una información puramente metódica, planteando el  tratamiento  como  algo  rutinario.  No  se  involucra  en  la  respuesta  que  la  sociedad interpondrá frente al tratamiento aconsejado. Mecánicamente se sugiere evitar o alejarse del agente, o agentes irritantes. Se obvia, la información sobre la gravedad, en ocasiones letal, que conllevaría el incumplimiento, por parte del asmático, de parte de la terapia prescrita. 


Existe una disociación en la comunicación entre especialista, instituciones y sociedad, que  inducen  a  aquel  a  ignorar  las  consecuencias  sociales  y  laborales  que  conlleva  el propio  tratamiento  de  la  enfermedad.  Como  consecuencia,  ni  entorno  familiar,  ni sociedad reciben una correcta información de la enfermedad. Esta situación se traduce en una incomprensión social de la realidad del asmático.  


Esta realidad conlleva una insatisfacción adicional a la inseguridad que  ya el paciente experimenta con su enfermedad y que incrementa su vulnerabilidad social.  


2.   Sentimiento de indefensión y aislamiento social. 


Ante  el  sometimiento  a  agresiones  medioambientales  que  podrían  evitarse  en  locales públicos como: cafeterías, cines, centros comerciales, lugares de trabajo etc. como: el humo  del  tabaco;  el  aire  acondicionado  frío  o  caliente  exagerado,  en  ausencia  de limpieza  de  sus  conductos,  que  permanecen  sin  limpiar  desde  la  inauguración  de  los centros; el uso de productos de limpieza  abrasivos utilizados en todas partes, provocan situaciones insostenibles para la salud de este tipo de enfermos. La  legislación  vigente  Ley  28/2005  de  Medidas  de  Prevención  del  Tabaquismo  se incumple  en  algunas  Comunidades  Autónomas  como  la  de  Madrid,  en  lo  referente  a locales de ocio y hostelería, lo que supone un nuevo factor de aislamiento social al no poder frecuentar la mayoría de estos locales públicos. 


3.  Sentimiento de inferioridad. Baja autoestima. Depresión. 


El sistema de bajas laborales, cada vez más largas, culmina en períodos de seis meses en que la baja es financiada por el propio trabajador, lo que  redunda en detrimento de la economía  familiar  o  individual.  Un  control  exagerado  del  enfermo  por  parte  de  la administración solo tendente a incomodarlo, acosarlo y obligarle, por acorralamiento a reincorporarse al puesto de trabajo, demuestran la total insensibilidad e incomprensión por parte de la administración.  


Esta situación obliga al enfermo a reaprender en cada reincorporación, cada vez menos duradera, su trabajo, lo que le sitúa en inferioridad de condiciones frente a sus propios compañeros, quienes por falta de información no entienden la fragilidad del asmático frente a su puesto de trabajo y a unas condiciones que no son lesivas para ellos.    


La cronicidad de esta situación  y la marginación a que se ve sometido por el contexto legal   conlleva   a   una   incertidumbre   exagerada   detonante   de   un   sentimiento de inferioridad conducente a una muy mermada autoestima.  


Finalmente,  el  largo  proceso  reivindicativo  por  el  reconocimiento  de  su  legítimo derecho  a  la  salud  y  al  trabajo  en  un  ambiente  saludable,  y  que  se  ve  obligado  a emprender  en  solitario  en  el  más  absoluto  desamparo  legal,  se  une  a  los  anteriores, convirtiéndose en vector conducente a la depresión. No estoy hablando de sentimientos y situaciones hipotéticas, sino de una   realidad intrínseca en el paciente asmático. 


Si previamente se comprende la propia dolencia;  si se aprende a identificar los factores desencadenantes y  los signos de gravedad; si se sigue fielmente el tratamiento prescrito, que  incluye  apartarse  de  los  factores  y  agentes  externos  desencadenantes;  si  se perfeccionan  las  habilidades  para  aplicar  correctamente  las  técnicas  de  inhalación  y medidas de pico flujo; si se mejoran las aptitudes ante la propia problemática; se estará capacitado para la plena vigilancia del organismo ante cualquier crisis de exacerbación. En esta situación, el control de la enfermedad, sería inmejorable. 


Desafortunadamente,  eso  es  utópico,  porque  se  colisiona  diariamente  con  el  contexto real   en   que   se   desenvuelve   la   vida   del   asmático:   entorno   social,   laboral,  e instituciones,  que  ignoran  todos  los  parámetros  externos  necesarios  para  una  decente calidad de vida del asmático. 


El asma bronquial, incluida en el listado de enfermedades crónicas, no se cura. Pero sí se  puede  controlar  con  una  buena  aplicación  del  tratamiento  que  incluye  evitar  los agentes desencadenantes. Las instituciones prefieren ignoran esta segunda parte.

LEY DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES  


A día de hoy sin desarrollar.  Da vía libre al empresario  a negarse,  algunos de ellos  y preferentemente en el entorno sanitario, al cambio de puesto de trabajo por necesidades imperiosas  del  servicio.  Previo  trámite  de  solicitud  desde  departamento  de  Riesgos Laborales, la empresa sí acepta una adaptación  del puesto de trabajo, pero éstas en la mayoría  de  los  casos  es  insuficiente  para  el  paciente,  alimentando  así  su  baja autoestima,  y  su  sentimiento  de  inferioridad  ante  la  mirada  frívola,  despectiva  e incomprensiva de sus compañeros. 


LISTADO DE ENFERMEDADES PROFESIONALES. 


Solo son reconocidos los asmáticos que han trabajado  en la industria textil, o en las minas. En cuanto a los que trabajan en el mundo de la sanidad, por poner un ejemplo, solo se reconoce la alergia al látex o accidentes biológicos.  Sin   embargo,   sí   existen   pacientes   diagnosticados   por   el   neumólogo   de   asma ocupacional sensible a irritantes inespecíficos. 


En  el  asmático  se  produce  el  proceso  inverso  a  la  inmunización.  Se  conoce  como sensibilización:  la  exposición  prolongada  a  un  agente  irritante  y,  dependiendo  de factores  genéticos  predisponentes,  produce  su  sensibilización  y  le  convierten  en asmático  sensible  a  dicho  irritante.  A  lo  largo  del  tiempo  se  va  sensibilizando  a  una gama   cada   vez   más   amplia   y   variada   de   irritantes.   Son   los   conocidos   como inespecíficos  (no  porque  no  se  conozcan  sino  por  su  variedad  y  multiplicidad,  y  no 
formar parte de los específicos que se miden por  test en consulta de alergología.) 


La Ley se limita a ignorar estos irritantes conocidos por todos los neumólogos pues no aparecen especificados en su listado. Es imposible reclamar. El Glutaldehído, por poner un ejemplo, era el principal componente del desinfectante de instrumental  quirúrgico  comercializado  como  Instrunet.  La  posibilidad  de  hacer  una prueba de exposición, siempre peligrosa, ante este irritante le confieren su especificidad.  


Algunas  enfermeras,  a  lo  largo  de  su  carrera  profesional  se  sensibilizaron  a  éste irritante.  Tras  esta  sensibilización  vinieron  otras  ante  otros  irritantes  inespecíficos. Realizada la prueba de sensibilización se encontró que eran sensibles. Hace  aproximadamente  un  año  (aproximadamente  sobre  el  2007)  este  irritante  se excluyó  de  los  agentes  desinfectantes  de  instrumental  en  los  hospitales.  Por  ello desapareció  del  mercado  como  agente  de  prueba  de  sensibilización  al  considerarlo innecesario. Se ha obviado que en los asmáticos de más de dos años de enfermedad este puede haber sido el agente desencadenante y pueden haber ampliado su sensibilidad  a otros irritantes inespecíficos. 

La Administración Pública se desentiende del problema, y lo que es más grave, esquiva y elude cualquier responsabilidad civil o penal, por la repercusión económica que ello le supondría. Queda el asmático en indefensión por su falta de recursos económicos para acudir a la justicia. 


Parecería  que  entre  la  administración  y  el  sistema  de  salud,  existiera  una  cierta connivencia o corporativismo. Es la evidencia cotidiana de la experiencia vivida por los pacientes que se enfrentan a problemas laborales derivados de su enfermedad.




TRIBUNALES MÉDICOS. 


Se circunscriben a la letra de la ley. Con nociones generales de medicina y de derecho no son ni médicos ni abogados. Se constituyen en un híbrido burocrático de ambos. Como médicos burócratas son incapaces, o no quieren comprender que un enfermo cuya enfermedad proviene de su exposición al ambiente laboral mejora al ser apartado de dicha exposición. No quieren comprender que su tratamiento consiste en apartarlos del ambiente sensibilizador.  Como abogados solo comprenden que de acuerdo a la ley 
escrita, si no hay lesiones, si no hay sibilancias están sanos y pueden ir a trabajar. Son incapaces de pensar por si mismo, mejor, no les interesa pensar y les condenan a eludir el tratamiento ( recordemos que  el alejamiento de las substancias sensibilizadoras forma parte del tratamiento) y a empeorar su enfermedad a parte de otras vejaciones sociales, reincorporándoles al trabajo.    


Estos  tribunales  totalmente  insensibles  a  la  enfermedad  les  condenan,  pues  de  una condena se trata, a reincorporarse al puesto de trabajo donde vuelven a tomar contacto con los agentes desencadenantes, que incrementan la reactividad bronquial. El bronco-espasmo está asegurado y la baja laboral también. 


Los  más  afortunados  pueden  acogerse  a  una  excedencia  o  renunciar  a  su  puesto  de trabajo o aguantar como buenamente puedan, no sin merma de su integridad psíquica, sin cobrar durante seis meses para después retomar la baja por recaída.  


Los  menos  afortunados  sucumbirán  en  el  intento,  víctimas  de  una  administración despiadada. Los pasos seguidos serán: baja autoestima, depresión y finalmente muerte en el anonimato.  


SINDICATOS.   


Como último recurso los sindicatos. Los sindicatos pactan con las empresas cuestiones laborales  mayoritarias,  no  se  entretienen  en  lo  que  para  ellos  son  nimiedades  que pudieran  hacerles  perder  su  poder  negociador  para  otros  asuntos,  para  ellos  mas importantes.  


Bastante tienen en la actualidad, con intentar evitar que se privatice la Sanidad Pública. Como casi siempre han llegado demasiado tarde. La privatización, lamentablemente, ya es un hecho en esta Comunidad. 


Dejo una pregunta en el aire: si con el Sistema Público estamos sentenciados a sucumbir en el olvido ¿Qué será de nosotros con la privatización? 


Para  finalizar  debo  añadir:  que  cada  estamento  trabaja  individual  y  aisladamente  del 
resto de los mismos. Sigue su normativa burocrática de exclusiva competencia. Existe una ausencia absoluta de comunicación entre las distintas administraciones que debieran paliar los efectos de la enfermedad en el asmático: 


Centros  de  Salud,  Hospitales,  Tribunales  Médicos,  Departamentos  de  Prevención Riesgos, Inss, Empresa Pública, Empresa Privada, Administración en general. 


Obviamente esta carencia de comunicación entre las distintas administraciones, con la consiguiente  falta  de  eficacia  en  la  resolución  de  problemas,  justifica  en  parte,  el importante desgaste psicológico que padece el asmático.  


Por  todo  ello,  estoy  aquí,  hoy  y  ahora,  para  luchar  en  primera  fila  y  con  todas  mis fuerzas  desde  ASMAMADRID,  nuestra  asociación,  para  que  estas  situaciones  no  nos impidan seguir optimistas par conseguir nuestros objetivos:  


El  primero  de  ellos  el  reconocimiento  legal  de  los  irritantes  inespecíficos  como subsidiarios de asma profesional. 


Invito,    desde    esta    mesa,    a    que    todos    participéis    en    nuestra    asociación www.asmamadrid.org

Juntos  y  con  mayoría  podremos  buscar  y  encontrar  soluciones  legítimas  a  nuestros problemas. 


Por último agradecer a la organización de  este  2º Congreso la oportunidad que nos ha brindado a los pacientes de exponer nuestro sentir y parecer. 


Gracias a todos por vuestra asistencia y escucha!  
Conxi Grau 
Presidenta Asmamadrid
Palacio de Congresos de Madrid
Noviembre  2008

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